Los incendios forestales representan una de las principales amenazas para la biodiversidad del municipio de Santa María Chiquimula, Totonicapán, situado al noroccidente del Guatemala.
En el sexenio 1998-2004, por ejemplo, 71 incendios arrasaron con 1,092 hectáreas de bosque –con secuelas en el deterioro del suelo, los deslizamientos de tierras y la pérdida de cosechas– según el Sistema Nacional de Prevención y Control de Incendios Forestales.
Ante esta situación, las 18 comunidades que conforman el municipio, en su mayoría de origen maya k’iche’, pusieron manos a la obra en la conformación de un sistema de alerta temprana para la prevención de incendios forestales, con el apoyo del programa Clima, Naturaleza y Comunidades en Guatemala de USAID y la organización suiza de cooperación Helvetas.
El procedimiento comprende un conjunto de capacitaciones básicas, como identificación de sitios de alto riesgo, sensibilización y monitoreo, necesarias para generar y difundir información de alerta que permite a las comunidades amenazadas actuar de forma apropiada, segura y con anticipación para reducir la pérdida de bosques. Su ejecución beneficia a 50.000 habitantes.
El plan, lanzado en junio de 2014 con la participación de autoridades locales, de gobierno y ONG, como la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, el Instituto Nacional de Bosques, la municipalidad y comités de agua, ha generado mucho interés en las autoridades locales.
“Ahora nos toca cumplir como vecinos, protegiendo el bosque, el agua y los recursos naturales para dejar un mejor futuro a nuestros hijos”, dijo Juan Tzoy, alcalde municipal de Santa María Chiquimula.
Debido a que la comunicación es un aspecto esencial para el adecuado funcionamiento del sistema de alerta temprana, el programa CNCG y Helvetas entregaron a las autoridades municipales y comunitarias un lote de 52 radio comunicadores.
“La unión de las autoridades con la sociedad civil permitirá una reducción sustancial de los incendios para conservar los recursos naturales y mejorar la calidad de vida de los habitantes”, asegura Sebastián Charchalac, gerente de CNCG en el altiplano.